OTTILIA BELLEMORE
¿Qué onda? ¡Soy Ottilia Bellemore!
¿Qué si sigo las reglas? ¡Ni en mis peores días! ¿Qué si las leí? ¡Obvio! Por eso mismo no las sigo.
Tengo 12 éteres. No te voy a hacer un mapa mental de cómo funciona el tiempo en Amanutt, solo sé que ya llevo demasiado tiempo respirando este aire tóxico. ¿Conoces esas ciudades que parecen perfectas pero por dentro están podridas? Bueno, Oldam es eso.
Sin música, sin colores, sin alma. ¡Gente caminando como si tuvieran chips en la cabeza! Todo controlado, todo frío, todo falso.
¡Ay, aquí todo es un puto asco!
Tengo a Kaldor, mi hermano. Un cerebrito adorable que me saca de quicio. ¡Y si alguien se atreve a meterse con él, se las ve conmigo!
¿Qué si he hecho el desastre? Obvio, claro. ¿Qué me arrepiento? Jamás.
Estos tontos no van a poder conmigo.


OTTILIA BELLEMORE
¿Qué onda? ¡Soy Ottilia Bellemore!
¿Qué si sigo las reglas? ¡Ni en mis peores días! ¿Qué si las leí? ¡Obvio! Por eso mismo no las sigo.
Tengo 12 éteres. No te voy a hacer un mapa mental de cómo funciona el tiempo en Amanutt, solo sé que ya llevo demasiado tiempo respirando este aire tóxico. ¿Conoces esas ciudades que parecen perfectas pero por dentro están podridas? Bueno, Oldam es eso.
Sin música, sin colores, sin alma. ¡Gente caminando como si tuvieran chips en la cabeza! Todo controlado, todo frío, todo falso.
¡Ay, aquí todo es un puto asco!
Tengo a Kaldor, mi hermano. Un cerebrito adorable que me saca de quicio. ¡Y si alguien se atreve a meterse con él, se las ve conmigo!
¿Qué si he hecho el desastre? Obvio, claro. ¿Qué me arrepiento? Jamás.
Estos tontos no van a poder conmigo.


OTTILIA BELLEMORE
¿Qué onda? ¡Soy Ottilia Bellemore!
¿Qué si sigo las reglas? ¡Ni en mis peores días! ¿Qué si las leí? ¡Obvio! Por eso mismo no las sigo.
Tengo 12 éteres. No te voy a hacer un mapa mental de cómo funciona el tiempo en Amanutt, solo sé que ya llevo demasiado tiempo respirando este aire tóxico. ¿Conoces esas ciudades que parecen perfectas pero por dentro están podridas? Bueno, Oldam es eso.
Sin música, sin colores, sin alma. ¡Gente caminando como si tuvieran chips en la cabeza! Todo controlado, todo frío, todo falso.
¡Ay, aquí todo es un puto asco!
Tengo a Kaldor, mi hermano. Un cerebrito adorable que me saca de quicio. ¡Y si alguien se atreve a meterse con él, se las ve conmigo!
¿Qué si he hecho el desastre? Obvio, claro. ¿Qué me arrepiento? Jamás.
Estos tontos no van a poder conmigo.


Todos los derechos de Velcel: La Maldición de Eldoros, incluidos sus subtítulos, conceptos, narrativa, ilustraciones y cualquier otro material relacionado o derivado, están reservados exclusivamente a Carlos R. Paolini. Queda estrictamente prohibida cualquier forma de reproducción, distribución, modificación o uso no autorizado. Cualquier uso fuera de los términos expresamente otorgados por escrito por el titular de los derechos se considerará una infracción y estará sujeto a las acciones legales correspondientes.
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